sábado, 26 de junio de 2004

¿Me estaré poniendo viejo?

Para mi un síntoma de la vejez siempre ha sido la añoranza de algo, una serie de TV (Se acuerdan de Mazinger Z, o peor, del león Blanco que se llamaba Simba creo, o de plaza Sesamo gracias al cual mi hermana aprendió a contar), o de un grupo (Coño si Frank Zappa, Lennon, Kobain, Elvis y Harrison ya están muertos y enterrados), o de una tecnología (Si soy de los que juran los vinilos sonaban mil veces mejor!!!!, mi hijo grande se debe acordar aun de parte de todo eso, pero me acuerdo que el tenia 4 años cuando yo descubría los CDs y hoy va para los 21.

Bueno esta noche frente a mi computadora estaba escuchando música, si sé que soy raro escucho sólo música, a veces, sin hacer nada más, ni escribir, ni leer, ni mirar, ni chatear, sólo apago la luz, escucho y disfruto del sonido que puede ser tan viejo como un canto gregoriano o lo ultimo de Linkin Park, o de Sanz, o de Silvio (si soy bien variado para mis gustos musicales).

Pero ese no es el punto, decía que estaba escuchando música, a Manilow, es romanticón pero bueno a veces cae bien un poco de melaza, decía estaba escuchando y me puse a pensar, se acuerdan es eso que a veces hacemos entre dos comerciales, o dos noticias terribles, bueno mi mente estaba en otra parte y divagaba sobre la importancia del cambio y me extrañe pensando y me puse a mirar la pantalla y sus bits hechos música, imagen en movimiento al compás de la melodía, avisos, mensajes instantáneos desde el otro lado del planeta, amigos que siguen vivos por que tenemos email, y seguía pensando si tanta digitalización era buena, si eso nos hacia en algo mejores, claro ahora ando a cuesta con mas de 600 discos de vinilo en una cagada chica y tristemente gris, pero era rico mirarlos me acuerdo, y las fotos eran bonitas, y la textura del papel y el olor y se rallaban y uno no podía pasar de una canción a otra tan rápido y los grababa en unas cosas llamadas casetes que eran peor aún porque se enredaban y se escuchaba la mitad de bien y ahí si que pasar de una canción a cualquier otra era toda una hazaña y grabarlos bien tomaba horas de pruebas y … y me di cuenta que me estoy poniendo viejo o que estoy desencajando de esta frenesí tecnológica, o tal ves de la velocidad a la que va el mundo, pero ¿a donde va? ¿Alguien lo sabe? ¿Seremos mejores con una mejor interfase gráfica? ¿Porqué parece que no vamos todos juntos a la misma velocidad? ¿Me hará más feliz? Si la felicidad es ver dormir a mi hijo o despertarse junto al ser amado o sentir que hoy si la hice que mi vida hizo mejor la vida de otro o que el atardecer es tan de la puta madre que de pena cuando se termina. Y me dieron ganas de volver a la tranquilidad de hace un tiempo, cuando yo quería siempre más tecnología y soñaba con que un día una canción ocuparía poco espacio en un disco duro de varios Gigabytes (no me imaginaba cuando eso existiría), claro la diferencia era que en ese entonces soñaba, pero era rico tener tanto tiempo para soñar.

domingo, 6 de junio de 2004

Deuda con varias

Este texto, que no es mio, se lo debo a varias, pero sobretodo a una que debio esperarme aquella noche y decirme que si.

Hoy que llevo en la boca el sabor a vencido
procura tener a la mano a un amigo que cuide tu frente y tu voz
y que cuide de ti, para ti y tus vestidos
y a tus pensamientos mantenlos atentos y a mano a tu amigo

La importancia de verte morderte los labios de preocupación
es hoy tan necesaria como verte siempre
como andar siguiéndote con la cabeza en la imaginación
porque sabes, y si no lo sabes no importa,
yo se lo que siento yo se lo que cortan después unos labios
esos labios rojos y afilados
y estos puños que tiemblan de rabia cuando estás contenta
y que tiemblan de muerte si alguien se te acercara a ti.

Hoy procura que aquella ventana que mira a la calle en tu cuarto
se tenga cerrada
porque no vaya a ser yo el viento de la noche
y te mida y recorra la piel con mi aliento
y hasta te acaricie y te deje dormir
y me meta en tu pecho y me vuelva a salir
y respires de mi ...
O me vuelva una estrella y te estreche en mis rayos
y todo por no hacerme un poco de caso
ten miedo de mayo
y ten miedo de mi.
Porque no vaya a ser que cansado de verte
me meta en tus brazos para poseerte y te arranque las ropas
y te bese los pies
y te llame mi diosa y no pueda mirarte de frente
y te diga llorando después:
Por favor tenme miedo
tiembla mucho de miedo mujer
porque no puede ser...

jueves, 3 de junio de 2004

Pensando en paternidades

Las mujeres cuando van a ser madres se tornan un bicho muy raro y extremadamente susceptible, y las palabras que hoy profiero deben venir desde la rabia de nunca poder serlo, pero en verdad creo que últimamente he logrado desacralizar un poco la maternidad y tomarla por una suerte de trampa con la cual las hembras de la raza humana atrapan en pareja a este animalejo cada vez más escurridizo que es el hombre del siglo XXI.
Pero ¿Por qué no queremos procrearnos, al menos parte de los machos de la raza? ¿No era que formaba parte de nuestra genética? ¿No era este medio el camino hacia la felicidad absoluta y completa? ¿Ser padre no era lo que todos queríamos? ¿No es al fin y al cabo la razón de ser de la especie?
Viéndolo desde mi, sospecho que algo tiene que ver con el hedonismo que inunda esta parte de la historia de la humanidad, con la búsqueda absoluta del placer instantáneo, sea cual fuera el precio que este tenga, creo que tiene que ver con la negación del pasado y del futuro, con un vivamos un presente feliz –sin definición clara de lo que es la felicidad– que mañana no sabemos lo que nos espera. De hecho pienso que tiene que ver, y mucho, con que asumir responsabilidades cada vez nos duele más, o que lo hacemos muy a regañadientes.
Para terminar, y casi en tono de disculpa, también sé que mis dos hijos en tiempos y realidades muy distintas de mi vida me han ensañado la manera de dar cariño sin esperar absolutamente nada a cambio y eso no tiene precio.