martes, 22 de julio de 2008

El sentido de la vida

Anoche me quedé mirando el excelente documental La tierra sin Humanos en el History Channel (me carga el nombre en Inglés, realmente eso es imperialismo cultural, pero bueno), el argumento es bien simple: ¿Que sería de la tierra si hoy desaparecemos? ¿Qué rastros quedarían de nuestra gran civilización? ¿Qué pasaría con nuestra maravillosa tecnología? ¿Como sobreviviría el planeta sin nosotros los amos de la creación? Bueno el resultado propuesto es casi maravilloso, para nosotros los pesimitas que pensamos que la raza humana es el cancer del planeta. Después de unos mil añitos, quedaría pocos rastros de nuestra pasada por acá y sí estaría una tierra llena de vida en todas sus formas, Pacha Mama se recuperaría bastante bien de nuestros destrozos y de nuevo toda suerte de animalejos rondarían por los dominios que les hemos quitado. Claro dentro del documental se plantea también que lo mas probable es que ninguna especie vuelva a preguntarse porqué giran las estrellas, ni de que esté hecha la materia, ni se ponga a medir la cantidad de agua de otros planetas, ni que adore dioses y entienda de meditación ni de bondad ni de guerras. O sea es probable que seamos irreemplazables desde el punto de vista de la adquisición y el manejo de la inteligencia.

Ahora, y es el motivo del blog, si reducimos a su mínima expresión, y nos ponemos a buscar cual es el sentido de la vida humana en la tierra, como que no hay muchas respuestas. Si hacemos un balance creo que es extremadamente negativo. Claro por el lado positivo hemos sido capaces de entender miles de cosas, hemos desentrañado muchos misterios, y seguimos siendo unos niños que nos preguntamos siempre y constantemente ¿Porqué?. Del lado negativo no nos hemos respetado ni nosotros mismos, hemos querido dominar al prójimo, al planeta, a la naturaleza, a lo que se nos ponga por delante, y de nuevo al igual que los niños no nos gusta que nos den ordenes y nos digan que no se puede, hemos destrozado casi todo lo que se ha puesto en nuestro camino, y hoy por hoy, ya tenemos la capacidad de destrozarnos a nosotros mismos. Resumiendo creo que hemos metido la pata mucho más allá de la cuenta.

Pero si Madre Natura, o un Dios para los creyentes, ha sido tan inteligente creando mecanismos que sobreviven, piensan y se multiplican, si ha tenido la paciencia de esperar miles de millones de años para llegar acá ¿Porqué tomarse tanta molestia? ¿Porqué las leyes de la naturaleza han dado como resultado esta raza humana?

Bueno digamos también que estamos seguros que no somos los únicos que miran al cielo y se preguntan que son las estrellas, en el inmenso universo deben de existir otros que se hacen la misma de pregunta y, ojala, dentro de esos otros miradores para arriba, existan algunos que no van echando todo a perder en su camino hacia el conocimiento.

Entonces, vuelvo a preguntarme, para que llegar a la "inteligencia", es necesaria, o es sólo un subproducto de la evolución de la materia. Y eso meditaba mientras hacía mi caminata matutina, para vivir más claro está, porqué, canijo, porqué hay inteligencia. Y me acordé de un viejo cuento de ciencia ficción que nunca he escrito, pero que he comentado con varios amigos, y siempre me ha parecido una posibilidad interesante. Claro como toda ciencia ficción se basa en.... bueno en la imaginación. El resumen es el siguiente:

En un principio la materia se aburría como ostia en un huevo primitivo, dividida en partículas sub atómicas, sin tiempo ni espacio, un diminuto punto físico sin dimensiones, contenedor de todo, después de miles de no tiempo el aburrimiento llegó a su punto máximo dentro del punto mínimo, y surgió de todas partes una sola pregunta ¿Qué diantres soy? Entonces todo explotó, y nació el tiempo y el espacio, y fue llenando toda la nada que lo rodeaba, siempre con la misma simple pregunta ¿Qué soy?, con el tiempo surgió la luz, el universo se hizo transparente, nació el ruido de lo que millones de años después se conocería como el "Big Bang", y la pregunta seguía, y nacieron soles, y murieron, y de sus cenizas nacieron nuevas estrellas, y con los desechos, se formaron granos de polvo, que se juntaron y formaron planetas, y miles de materiales inorgánicos, y de repente en uno, o en miles, apareció el agua, y hacia rico vivir allí, y dentro de esa agua llena de la pestilencia de los laboratorios de química, la pregunta seguía su camino, ¿Qué diablos soy? Y en la melaza original se formaron unos bichitos, que se reprodujeron y durante millones de años evolucionaron y llenaron los mares, y después invadieron la tierra con la misma pregunta a cuesta ¿Que soy? Y los animales se esparcieron y murieron y nuevas especies surgieron, algunas hasta aprendieron a volar, y la pregunta seguía, y unos monos bajaron de sus cómodos arboles y se pusieron a caminar en dos pata y a crear herramientas y empezaron a aparecer esbozos de respuestas y el universo se nos lleno de dioses, y la pregunta seguía su obstinado paso desechando las respuestas esbozadas, y el mono dominó al fuego, mató a otros monos, domesticó algunos otros habitantes del planeta para tener tiempo de responder, mejoró la técnica, la comunicación, se inventaron herramientas para extender la fuerza y el alcance de los brazos, se sacó energía de los cadáveres de viejos arboles, se entendió de partículas, se le arrebató a la materia la energía que llevaba a cuestas siempre para tener el tiempo y los medios de responder la simple pregunta ¿Que soy? Y aquí estamos y en el CERN, cerca de Ginebra, se va a echar a andar un día de estos el LHC para tratar de responder la dichosa pregunta, y seguramente no va a ser la respuesta adecuada y se seguirá tratando de responder.

Claro está que no somos los únicos que estamos tratando de responder la pregunta, en el cosmos hay miles de otros tratando de responder, tal vez con mejor suerte o mejores métodos.

Pero ¿Y cuando se encuentre la respuesta? ¿Dejará todo de tener sentido? Y esta mañana, entre el cansancio y el sudor, apareció la continuación del cuento. ¡Claro que no! Una vez encontrada la respuesta, hay que volverla a pasar a los que seguirán, hay que volver al principio y dejar los rastros necesarios para que después del próximo Big bang se pueda responder de nuevo, si al final el universo va a desaparecer, hay que dejar inscrito en la materia misma las fuentes de la respuesta, hay que dejar todo listo para que el próximo universo tenga las condiciones para volver a responder, tal vez más rápido, tal vez mejor. Hay que dejar configuradas la gravedad, las fuerzas nucleares fuertes y débiles, el electromagnetismos y todos los parámetros necesarios para que el próximo universo sea viable, después de encontrada la respuesta se volverá a un punto físico inicial sin tiempo ni espacio y en ese punto estarán los rastros dejados por los que encontraron la respuesta.

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